En el siglo XVII, tres monjes franciscanos decidieron construir este monumento a la transitoriedad de la vida, en un intento de que las personas no dieran tanta importancia a lo material (curiosamente, mucho tiempo después, el tema sigue teniendo sentido). Se utilizaron huesos de 5.000 personas (quizá muertos por una epidemia de peste negra) recopilados de los cementerios de la ciudad y alrededores. Sin duda un lugar para reflexionar.
"Nós ossos aqui estamos, pelos vossos esperamos" ("Nosotros, huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos")
Ellos son mi compañía
Señalo en la noche y de día
En la memoria retratado
Muchos se han cumplido
En el mundo por su talento,
Y otros adornos en vano,
Que sirvió a la vanidad,
Y tal vez en la eternidad ...
Ser causa de sus tormentos.
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