Yo los viernes no como, guarreo en el Starbucks….para mí es ya como una tradición… me encanta que me cobren un ojo de la cara por un café, que nadie me hable en mi idioma pese a estar en el centro de Barcelona, que todo el mundo se entere de lo que tomas y de cómo te llamas, tener que marcar un código para ir al baño, pelearme con esa guiri por uno de los cómodos sofás con vistas a la calle…. Aishhhh… pero es que no puedo resistirme a su Caffè Mocca: con delicioso e intenso chocolate, café espresso, leche cremosa y nata montada…El mejor remedio para los días fríos y tristes.
Creo que solo lo superan los deliciosos Capuccinos que desayunabamos en el Hotel de Cerdeña en que nos alojamos el verano pasado… Mnmmmm....!!!
Pero bueno, si queréis un lugar mucho más bonito, especial, y agradable en el que tomaros un café por el centro el sitio ideal es el Caelum.
Es imposible pasar por allí, en la calle Palla 8, sin pararnos a admirar el escaparate de la tienda. Nada más entrar, a pie de calle, nos topamos con una amplia selección de delicatessen a base de dulces de convento artesanales, chocolates aromatizados, trufas, bombones, frutas escarchadas y muchas otras tentaciones más o menos terrenales, incluidos vinos y licores aromáticos.
A un lado, unas cuantas mesas sirven para degustar algunas bebidas y tés, e incluso al mediodía se sirven almuerzos. Pero lo mejor está escaleras abajo, en el sótano, con sus arcos y bóvedas de piedra que nos transportan a la Edad Media. Luces tenues, música y un excelente buffet donde podemos servirnos directamente dulces y tartas caseros, al amparo de la luz de las velas. Una visita obligada.
Y en Gracia, uno de mis sitios preferidos es A Casa Portuguesa, un espacio de divulgación y promoción de la mejor pastelería, vinos y productos delicatessen portugueses. La estrella de la casa son los pastéis de Belém, unos típicos y deliciosos pasteles de hojaldre y crema de huevo y leche (están buenísimos, aunque no saben tan bien como cuando tú mismo los compras recién hechos en esas pastelerías antiguas y decadentes del centro de Lisboa), pero también podemos degustar otros muchos pasteles deliciosos, Vinos de Oporto, mermeladas, quesos, empanadas de carne... También organizan catas y degustación de productos portugueses, exposiciones temporales, presentaciones de libros o discos, conciertos y otras actividades. Y el servicio es amable y eficiente, déjate recomendar por ellos y acertarás.... Lo malo es que el local no es muy grande y sus mesas están solicitadísimas a todas horas...
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