Tengo que empezar diciendo que mi experiencia en Cerdeña no fue especialmente buena, pero es que el mes de agosto es lo que tiene... te vas a una isla preciosa que crees que será tranquila y cuando llegas allí los italianos han invadido hasta el último rinconcito de playa con sus bártulos.... qué agobio abominable!!
Y es una pena porque la verdad es que la isla es muy bella, es como debieron ser nuestras queridas Baleares hace 40 años, sin edificaciones mastodónticas, sin urbanizaciones al borde del mar, con playas kilométricas totalmente vírgenes, etc.
De hecho, mi hermano estuvo allí en julio, solo unas semanas antes, y la isla que él vio fue totalmente distinta... así que id... pero nunca en agosto!!!
Otro error fue quedarnos toda la semana en el mismo hotel, S'Ammentu en Bosa, una bonita población medieval de calles empedradas y casas pintadas de todos los colores, porque las carreteras son terribles, y se tardan horas en ir desde allí a las playas espectaculares que hay que visitar. El hotel no estaba mal, pero al estar ubicado en un antiguo palacete medieval, el olor a humedad del comedor donde desayunábamos era insoportable, y lo mismo digo del olor de la calle empedrada e inaccesible en coche en el que está.... eso sí, un 10 para los capuccinos que prepara la dueña.... los mejores que he probado nunca con diferencia (según ella, el secreto está en los muchos vares de su querida máquina Lavazza !!
Además la isla es muy grande, así que lo mejor es ir moviéndose y escogiendo alojamiento en cada una de las costas....
La playa de Arutas en el golfo de Oristano, es una de las más bonitas que conocimos. El agua del mar es tan tranquila y azul que da la sensación de ser un enorme lago.
También Alghero es una bella ciudad para pasear (se supone que hablan catalán, aunque no se lo escuchamos a nadie aparte de a los turistas)..., está llena de tiendas, restaurantes, bares y heladerías (en mi opinión lo más bueno que hacen aparte del café). Desde aquí se puede coger el ferry para ir a Capo Caccia y a la Grotta di Nettuno”, una cueva de origen kárstico con espectaculares formaciones.
Entre las cosas más especiales que encontramos en la isla es la pequeña localidad de Orgosolo, un curiosísimo pueblo donde una gran parte de sus casas están decoradas con murales que hacen mención a historia, política, arte, etc.... Donde las señoras mayores aún se visten con sus largas y negras faldas plisadas y sus también negros pañuelos a la cabeza.
Y lo mejor para el final, de todas las zonas que visitamos, yo recomiendo recorrer la costa verde, una de las zonas más vírgenes e inaccesibles, donde el tipo de turismo no es tan familiar y convencional, sino más joven, más de camping y naturaleza, y además no es tan caro y snob como el resto de la isla. Y en esta zona está una de las Playas más bellas, Piscinas, con sus enormes dunas, chiringuitos, pistas de voley playa, y su ambiente hippy chic.
No sé si volveré por aquí, creo que no. A la masificación de italianos que vivimos hay que sumarle que es una isla muy cara, que el servicio a los foráneos es muy deficiente (casi nadie habla siquiera inglés y son en su gran mayoría muy antipáticos), la suciedad y las basuras que se acumulan en las carreteras y en todas las esquinas de las calles (realmente molesto y desagradable en verano)..... y si tengo que quedarme con una isla del Mediterráneo está claro que las de Grecia las superan con creces... pero eso queda para otro post... :-))
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