viernes, 18 de marzo de 2011

Maite Zaitut

Me encanta el País Vasco… me enamoré de él desde la primera vez que lo vi. Parecía tan frío y distante, tan señorial y rústico, tan diferente y a su vez tan parecido a mí. Ahora después de conocerlo bastante bien, creo que la imagen que se tiene de este lugar en el resto de España es el modo que tienen ellos mismos de proteger su autenticidad, sus maravillas, su exclusividad… algo que el turismo masivo que tenemos las grandes ciudades desvirtuaría rápidamente.

Y a mí me gusta así, tranquila y amable, acogedora y húmeda. Paisajes estremecedores, de un verde especial, buen comer en cualquier rincón, un idioma inverosímil que parece que se inventen sobre la marcha cuando lo hablan.


Tengo personitas muy especiales para mí allí, a los vascos cuesta entrarles, pero luego están ahí incondicionalmente (el tópico por una vez es cierto). Así que cada vez que voy, quiero quedarme por más tiempo...   : ))




San Sebastián me parece una de las ciudades más bonitas del mundo. No sé explicar el por qué… tal vez sea el mar salvaje lleno de surfistas, el paseo de la Concha tan elegante y señorial, los bares de pintxos de lo viejo, en que se hace arte culinario sobre una rebanada de pan y cuesta decir basta porque te gustaría probarlos todos. Los pintxos de Donosti, acompañados de un vaso de Txacolí me parecen uno de los mejores manjares de este mundo.
Me recuerda mucho a Biarritz, que pese a ser ya el sur de Francia, creo que guarda muchos puntos en común con Donosti.
Vitoria también es una ciudad preciosa, su catedral inspiradora de una gran obra de la literatura impresiona de veras. Y la plaza, es un lugar acogedor y agradable para cenar o tomar algo en alguno de sus muchos locales. Y los alrededores, el casco viejo, es el equilibrio perfecto entre lo antiguo y lo moderno, lo histórico y lo funcional. Preciosa.




De Bilbao me quedo con el Guggenheim y sus alrededores, con el Museo Textil, el casco viejo con sus porches y sus terrazas en donde conocer a camareros de gesto serio que son unos cachondos mentales y se ríen de ellos mismos y de sus prototípicos tópicos. La ría, el tranvía, y su costa, con pueblecitos de pescadores que te trasladan a otra época como Bermeo, o lugares de olas salvajes como Mundaka, Elantxobe o Galdakao.

Por si fueran pocos halagos, he de decir que es uno de los lugares de España donde mejor tratan al visitante, así que siempre me quedo con ganas de repetir… Agur !!!

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