lunes, 13 de junio de 2011

Una grata sorpresa y un chasco en la misma semana

La sorpresa: Restaurante En Ville, ideal para una mágica cena a dos.
Ubicado en el Raval, con un interiorismo cuidado, que invita al romanticismo.

Tienen un muy recomendable Menú Bistro, con cuatro primeros y tres segundo a elegir, más postre. Por algo menos de 20 Euros pude disfrutar de una deliciosa ensalada de queso de cabra, unos tortellini de calabaza servidos con panaché de verduras, que resultaron una mezcla de sabores espectacular y una tarta tatin con helado de canela que hizo que me enamorara definitivamente del restaurante. 

El ambiente también contribuyó a ello. Es un restaurante elegante que dispone de una sala interior con bonitas mesas de mármol, muy tranquilo, perfecto para una cena a dos a la luz de las velas. Aunque no sólo es un restaurante recomendado para parejas, pues también dispone de menú de grupos -dadas sus dimensiones- y puede ser una muy buena opción para una celebración con la gente que quieres. Yo lo he añadido ya a mi lista de favoritos. Y, lo mejor, a precios súper asequibles.



Además, el camarero que nos atendió era guapísimo a la par que amable y eficiente. Un doble de Viggo Mortensen pero más joven y con acento francés.  Olalá…. je reviendrai!!!
En Ville
http://www.envillebarcelona.es
Doctor Dou, 14 





El chasco: Dolso, un restaurante de dulces ¿?
Qué pena… Dolso es un coqueto bar dominado por los colores oscuros y los platas, y su escaparate es toda una tentación para la vista y el paladar… lástima que se quede solo en eso, en una bonita fachada.


Fuimos por la tarde y pedimos un par de sándwiches de jamón ibérico y queso brie con rúcula hecho al horno, que estaba muy rico, todo hay que decirlo, pero que tardaron más de 40 minutos en traernos, y eso que el local estaba vacío!!! Para beber, un té frío con jengibre, que estaba aceptable, pero lo peor vino con los postres….y eso que se supone que son su especialidad…
Pedimos un brownie que estaba seco, ardiendo por dentro y frío por fuera, duro como un pedrolo e insípido, y un pastel de queso que parecía haberse encogido misteriosamente (enano y caro)….

El camarero fue amable (siguiendo con los parecidos razonables a éste lo describiría como un Nacho Vidal con acento brasileño), pero estaba solo, haciéndolo todo él mismo, y con cara de ¿qué he hecho yo para merecer esto?

No pienso volver. Si en un brownie fallan, no sé qué esperar. Y me parece caro para lo que ofrecen. Espero que recuperen el nivel  de calidad que debieron de tener en sus inicios.
Dolso
C/ Valencia 227


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